Hablar de escapar o tomar unas pequeñas vacaciones en los embalses de la comunidad madrileña, puede sonar algo extraño. Sin embargo, estos no solo se rodean de un espléndido paisaje (casi siempre acompañado de relieves montañosos escarpados con desniveles acusados bastante impresionantes), sino que ofrecen multitud de actividades deportivas, rutas y escuelas naturales bastante interesantes y llamativas. Enfocado tanto a particulares como a colectivos, se trata de un plan que encaja tan bien si vas con un grupo de amigos, como en pareja o en familia.
El embalse de Atazar, conocido como “el mar de Madrid”, es el más grande de la región y se sitúa en su sierra norte. Su inmensidad (alcanza una altura de 134 metros y una longitud de coronación de 484) y la tranquilidad de sus aguas (provenientes del río Lozoya), es un reclamo para el desarrollo de deportes náuticos y de vela (windsurf, piragüismo, vela ligera, vela de crucero…), así como la pesca o el kayak, y actividades de riesgo y aventura como la escalada, el rapel, el descenso, el tiro con arco… Para ello la zona cuenta con el “Club Náutico de Cervera”, “ATV Cervera” (empresa dedicada a rutas en quads y en kars de pedales, iskolary, tiro con arco, tirolina…), “Meridiano Raid” (especializados en la multiaventura), “Nortesport” (deportes náuticos), “Cervera en burro” (¡rutas en burro!)… Los deportes de invierno también son muy practicados en las épocas frías, entre los que destacan el snowboard, el esquí de travesía y las rutas con raquetas. El turismo rural y las rutas de senderismo (libres y en grupos organizados), en bicicleta, a caballo o en burro, son muy numerosas y resultonas. Además de la famosa senda del Genaro, podremos visitar áreas recreativas, museos (Museo Picasso), restos arqueológicos (necrópolis de Sieteiglesias), visitar monasterios (El Paular), hacer rutas gastronómicas… Una zona incréible.
El embalse de San Juan, en la sierra oeste madrileña, es un espacio natural catalogado de especial interés, en el que además de poder observar el vuelo de la amenazada águila imperial ibérica, también se puede disfrutar de divertidísimas actividades en la naturaleza: deportes de aventura como el piragüismo, la escalada, rutas de BTT, tiro con arco, senderismo y esquí (también acuático), entre otros. Dentro de un paisaje que exhibe desde olivares y viñedos hasta bosque de pinos. El espacio también ofrece zonas de pesca libre e incluso un cercano parque recreativo natural (Indiana). Hazte una idea con los servicios de Yucalcari o el Club de navegación Doramas, la visita merece la pena sin dudarlo un instante.
El embalse de Valmayor, a tan solo 35 kilómetros de Madrid (Valdemorillo), consiste en un pantano de una extensión mayor a las 700 hectáreas. Dadas estas condiciones y su cercanía a la capital, es un lugar idóneo para los amantes de los deportes de vela (podréis contactar con la Escuela de Vela Valmayor, Club de Regatas de Valmayor o el Club Náutico del Canal de Isabel II). Rodeado de una vegetación inigualable y con el Escorial de fondo, podemos practicar además de estos deportes, rutas ecológicas en mountain bike, motos de agua, senderismo, la pesca…
Suma a estos el antiguo embalse de El Villar, el de Puentes Viejas, el embalse de Riosequillo, el de Pinilla, el embalse de Pedrezuela, el de Lozoya, entre otros que no nos da tiempo acaparar, pero que también pueden interesarte.
Seguramente, tras leer esto, organizar una escapada a los embalses madrileños no te resulte para nada aburrido. Un plan más que divertido y que apuesta por un turismo económico y sostenible. Una idea perfecta que combina los deportes en la sierra con otras actividades acuáticas, que tanto nos apetecen con la llegada de las buenas temperaturas. Localiza bien tu estancia y acomódate en uno de nuestros hoteles Travelodge en Madrid. Tras una jornada tan activa como la que te proponemos, tu bienestar y descanso, no merecen menos.
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