14 obras de arte en las calles de Barcelona – Guía Turística Travelodge
Barcelona es infinita. Sus calles, su comida, sus monumentos, sus edificios y su gente. Es una ciudad donde se respira el arte, la cultura y la vanguardia en el asfalto. Desde Travelodge queremos invitarte a conocer una versión de la ciudad condal que quizá no conocías. Vamos a llevarte de la mano por obras de arte que aguardan escondidas, no en museos ni vitrinas, sino en plena calle. No las pierdas de vista en tu próxima visita a Barcelona.
Monumento a Walt Disney
Cuando Walt Disney falleció en 1966, Barcelona buscó la manera de rendirle tributo. Nació así el monumento a Walt Disney. Se trata de cinco gazelas que brincan juntas, como esperando ocultarse en un arbusto. La artista fue Nuria Tortras y el trabajo fue financiado gracias a una gran fiesta infantil que se celebró. Encontrarás estos animalitos rodeados de vegetación, adentrándote en el parque de la Ciudadela, junto a la puerta del Zoo.
Mosaicos de Miró
En la fachada de la terminal 2 del aeropuerto de El Prat, encontramos un mosaico realizado nada menos que por Joan Miró. Aunque el aeropuerto fue construido en el 48, fue renovado y ampliado en la década de los 60, etapa al final de la que se le solicita al artista diseñar una obra para dar la bienvenida a los viajeros que visitaran la ciudad. Al artista le entusiasmó tanto la idea de rechazó cualquier honorario, sólo costó lo que valían las 4.865 baldosas pintadas y esmaltadas. En La Rambla también te recibe Miró con un mosaico circular en el pavimento.
El gato de botero
En la Rambla del Raval un gato enorme y sereno, hecho de bronce, recibe a los visitantes con mirada inocente. Obra de Fernando Botero, fue comprado por el Ayuntamiento en 1987. Estuvo años vagando de un punto a otro de la ciudad hasta 2003, año en el que encontró su lugar actual.
La estrella herida
En el paseo marítimo de la Barceloneta, cuatro cubos de acero y vidrio se agolpan como caídos del cielo. No es de extrañar que por eso se llame la estrella herida. Con 10 metros de altura fue realizada en 1992 por la artista alemana Rebecca Horn.
El Puente del Obispo
En el núcleo del barrio Gótico de Barcelona, oculto entre calles estrechas y empedradas, encontramos el Pont del Bisbe. Se trata de una muestra de arte neogótico. Fue construido en 1928, mientras la ciudad se preparaba para la Exposición Internacional de 1929. El arquitecto fue Joan Rubió i Bellver. Te retamos a encontrar la calavera atravesada por una daga en tu próxima visita a Barcelona.
Las cerillas
Situado en el Valle de Hebrón, encontramos un cajetín de cerillas de color vívido, inspiración pop art y 22 metros de altura. Este es un ejemplo de arte cercano que permite ser tocado e incluso los niños juegan dejándose caer por las cerillas. Fue encargo del ayuntamiento para las olimpiadas de 1992.
La jirafa coqueta
En la Avenida Diagonal 397, nos tropezamos con una jirafa de bronce que tiene pose, efectivamente, coqueto. El camino hasta ella por la Rambla está lleno de boutiques, galerías, cafeterías. Recostada, la Jirafa imita de manera simpática a la Venus Victrix que se encuentra en Roma. Esta escultura es un retrato mitologizado de Paulina Bonaparte, hermana de Napoleón Bonaparte.
El toro pensador
Creado por Josep Granyer, al igual que su “pareja”, la Jirafa Coqueta. Ambas fueron creadas en 1972 como iniciativa de los comerciantes de la Rambla (Asociación de Amigos de la Rambla de Catalunya), con la idea de hermosear la zona. El artista se inspiró en El Pensador de Auguste Rodin. Como curiosidad, en 2003 fue robada por 3 delincuentes. Afortunadamente la fechoría duró solo unas horas.
La Gamba de Mariscal
Esta escultura, obra del arquitecto Alfred Arribas, nació como atractivo para un restaurante de la zona. Éste ya no existe, pero la escultura sigue ahí, recordando la reforma que sufrió la ciudad antes de los Juegos Olímpicos.
El beso de la muerte
El Cementerio de Poblenou se encuentra conviviendo con la metrópoli. En él, esta escultura representa a la muerte besando un cuerpo joven, sin vida. Esta escena, aunque de corte claramente macabro, no está falta de elegancia y cierta terneza. Se dice que la icónica película El Séptimo Sello de Ingmar Bergman está inspirada en ella.
Ofelia ahogada
En uno de los canales de los Jardines de Villa Amelia, en un entorno idílico, parece que flota un cuerpo hiperrealista de bronce. Se trata de la Ofelia de Shakespeare, realizada por Francisco López Hernández. Aquella a quien Hamlet rezaba: “Duda que ardan las estrellas, duda que se mueva el sol, duda que haya verdad, mas no dudes de mi amor.”
Los balcones de Barcelona
En 1989 el ayuntamiento encargó a la empresa Cité Création un mural. En la fachada, se pueden ver más de veinte personas de renombre relacionadas con la ciudad. Asomados a balcones pintados podemos ver a Cristobal Colón, Raquel Meyer, Pablo Picasso, Carmen Amaya, José Anselmo Clavé, Pompeu Fabra o Antonio Gaudí, entre otros. Puedes encontrarte con ellos en la Plaza de Pablo Neruda.
Mujer y pájaro
En 1983, Joan Miró no pudo asistir a su inauguración porque estaba ya muy enfermo. Se trata de la última obra de grandes dimensiones que realizó Joan Miró. Mide 22 metros de alto y la encontramos junto a un estanque, en el parque que lleva el nombre del artista.
La Gruta de Eco y Narciso
El parque del Laberinto de Horta es el jardín más antiguo y mejor conservado de Barcelona. De estilo neoclásico y romántico, con su aura palaciega y su laberinto de cuento, merece un artículo específico. Pero hoy lo nombraremos para ubicar la Gruta de Eco y Narciso, situada a la salida del laberinto. En ella, se esconde la ninfa Eco. Hace referencia al mito que cuenta que Narciso rechazó a Eco. Ella, con el corazón roto, se ocultó en una cueva. Se consumió de dolor y sólo repetía las últimas sílabas de las palabras que escuchaba. Este lamento llegó a los oídos de la diosa de la venganza Némesis, que condenó a Narciso a enamorarse de su propio reflejo. Él, al igual que Eco, murió consumido. En su lugar nació una flor a la que darían su nombre, Narcissus.
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Esperamos haber despertado en ti la curiosidad y que incluyas alguno de estos rincones en tu próxima visita a Barcelona. Nosotros estaremos deseando recibirte en Hotel Travelodge Barcelona Poblenou, en uno de los barrios de moda de la ciudad, y Hotel Travelodge Barcelona Fira, junto al Centro Comercial Gran Vía.
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