Estos son los mejores bocadillos distintos de Barcelona
En la animada ciudad de Barcelona, donde la comida y la diversión nocturna van de la mano, hay una amplia variedad de bares que sirven bocadillos deliciosos y únicos. En este artículo, desde Travelodge Hoteles España queremos sumergirnos en el mundo de algunos de estos lugares especiales, desde los clásicos bocadillos hasta las creaciones más innovadoras.
Bocadillo de salchichas – Bar Sanz
¿Hay algo mas clásico que un bocadillo con salchichas, beicon y queso? Pues que le añadan un plus de chistorra, un extra de jamón cocido y una dosis de plancha para rematar. Si además te lo comes recién hecho, con el queso fundiendo y desparramado, en uno de los bares más interesantes de la ciudad. Su clientela son la gente del barrio, los trabajadores que paran allí a comer un bocadillo por entre tres y cuatro euros. Su barra de metal y sus taburetes son parte de una postal cada vez más insólita. También tienen menú del día. Una de las virtudes de este local son, además de sus precios, su valor de lo cotidiano. También la nostalgia de volver a donde siempre, aunque hayas nacido lejos.
Bocadillo de tortilla de patata – Bar Lalans
Este bar, para cada tortilla usan diez kilos de patatas, dos kilos de cebolla y veintiocho huevos” según Jose Ramón, dueño de el Bar Lalans. Nacido en Ourense, comanda el Lalans y de su mano experta, ojo entrenado y sabiduría cocinada durante años surgen tortillas enormes, de palmo. Las bordan, con un prodigioso interior, cremoso y con alta jugosidad. Son un espectáculo que entra por el ojo y estalla en el paladar.
Su bocadillo de tortilla de patatas es generoso, del tipo pan con tomate. También preparan estupendos bocadillos de lacón, con bien de pimentón de la Vera, de puntito picante y chorreón de aceite, al estilo ‘a feira’ porque, aunque estamos en Barcelona, en este bar se respira una evidente atmosfera de galleguidad.
Bocadillo de croquetas – Bar Quimet d’Horta
Horta es un pueblo dentro de Barcelona, se dice poco. Si te paseas por su centro, alrededor de la Plaça d’Eivissa, la realidad te asalta los ojos. Ahí encontrarás un tesoro culinario, el Quimet, donde podrás comer croquetas en bocadillo, la cual es una sorprendente manera de devorar cremosidad. No a todo el mundo le gusta esta combinación, pero se ha convertido en un imprescindible para aquellos que quieran experimentar.
El «pa amb tomàquet» ayuda a que el mordisco sea más jugoso y el formato permite jugar con los diferentes sabores de croqueta disponibles en el bar. A la gente les llena de felicidad encontrar estos rincones masticables en Barcelona, son lugares donde el sabor te entra por la boca y por los ojos.
Bocadillo de butifarra – Bar Butipá
Es una de las mejores ofertas de comida callejera de Barcelona, se encuentran en el carrer Ramellers en un pequeño local y son un must si eres fan de los bocadillos y de la butifarra.
Cuentan con una gran variedad de sandwiches y bocadillos, en donde la butifarra es la protagonista. Desde disfrutar de un bocadillo clásico con solo butifarra, hasta apuestas más diferentes, como su buti-pintxo, este establecimiento es ideal para conocer a fondo todos los sabores que este embutido puede tener.
Bocadillo de espinacas – El Popeye
En pie desde 1974, el Popeye lleva años nutriendo con sus bocadillos a trabajadores y habitantes de la zona alta de Barcelona. Esta cafetería de barrio, definida por una barra setentera en la que siempre hay parroquianos, te ofrece una colección de tortillas finas como tapetes, sexis, ideales para introducir en alguno de sus bocadillos. El ejemplar de tortilla de chistorra con queso, por ejemplo, es una mascletá. Pero el Popeye es célebre por un invento que nadie ha sabido imitar en Barcelona. Se trata del dole, un bicho aceitoso y aplastado a golpe de plancha que contiene jamón ibérico, queso fundido y, como bien indica el nombre, un puñado de espinacas. Cruje como un demonio, exuda los jugos del jamón y la verdura prensada, te deja los dedos como limacos y exige una culminación a la vieja usanza: venga ese carajillo mañanero, que para algo tienen el mejor grano de Sarrià.
Bocadillo de papada de cerdo – Sants Es Crema
Solo hay una parte de los cerditos más sabrosa y tierna que la panceta. Sí, estamos hablando de la papada. Deje que los expertos en barbacoa de Sants Es Crema la pongan en valor. La primera bocateria de brasa japonesa de Barcelona utiliza una parrilla robata para evocar sabores ahumados de todo tipo de trozos carnívoros. Este portátil de papada de cerdo, equilibra la grasa dulce y la carne crujiente con un toque de achiote terroso y una franja de lechuga crujiente. Es un maravilloso (y cerdo) estudio sobre el equilibrio de texturas que da en todas las notas correctas.
Bocadillo de pulled pork – Chivuo’s
De rodillas ante esta gente: ellos fueron los que introdujeron el ‘pulled pork’ y el concepto de bocata de cerdo a la barbacoa en Barcelona. Dos venezolanos con experiencia en Estados Unidos y en la alta cocina catalana sirven bocadillos de recetas estadounidenses –más allá de la hamburguesa– y cerveza artesanal local. Un ejemplo: el portentoso ‘pulled pork’, cerdo asado con especias durante dieciséis horas con salsa barbacoa casera y una ensalada de col que da el toque agrio justo a la dulzura y melosidad del cerdo.
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