Barcelona es una ciudad con puntos de interés ineludibles: la Plaza de Catalunya, la Plaza Reial, Monumento a Colón, Arco de Triunfo, el Forum, El Puerto Olímpic, la Plaza Espanya, la Estación de Sants o la Plaza Francesc Macià. Sin embargo, si es la primera vez que visitas la ciudad, Barcelona seguramente conquiste tu mirada con el estilo que impregna gran parte de su arquitectura y espacios sociales: el modernismo. Barcelona es la ciudad española modernista por excelencia, y sus manifestaciones artísticas, como expresión de una época, constituyen uno de los elementos del resurgimiento de la cultura catalana que se estaba por entonces experimentando: la Renaixença.
Entre sus artistas, Antonio Gaudí se alza como su máximo exponente, y la ciudad se enorgullece de acoger sus diversas etapas creativas, en las que el misterio, la naturaleza, la espontaneidad y el colorido embelesan los ojos de todos aquellos que se dejen seducir por la belleza de las creaciones de Gaudí.
Entre sus principales obras, podremos visitar la Cascada del Parque de Barcelona, en la que resalta una primera influencia del eclecticismo francés. También podremos acercarnos a la Casa Manuel Vicens o el Palacio Güell, donde se destila el estilo mudéjar u oriental que Gaudí quiso impregnar en sus obras, a través del fuerte uso del color en sus azulejos y celosías. Por otro lado, los característicos arcos parabólicos de tono medievalista o gótico, se despliegan con ostentosidad en el Palacio Episcopal de Astorga y la Casa de los Botines de León, en los que además, el halo de misterio, sorpresa e imprevisibilidad que se otorgan como principales dones en la arquitectura modernista, aquí se manifiestan en su mayor expresión.
Quizás preferimos no sólo observar el arte, sino disfrutar de él al aire libre y con algo más de naturaleza, el Parque Güell es una de las mejores de las opciones. En este caso, Gaudí trató un concepto de arquitectura como si de un objeto pictórico se tratara, y en él podremos no sólo observar, sino tocar e incluso sentarnos sobre el colorido del mosaico que el artista creó con desperdicios de azulejería y adaptó a la línea ondulada de su estructura.
Si la imaginación y la fantasía han cruzado límites insospechados y sigues ansioso por dejarte asombrar, la Pedrera o Casa Milá, te proporciona una experiencia que jamás podrás olvidar. La arquitectura ha traído a su espacio la riqueza en forma y significado de elementos de la naturaleza como si de una montaña se tratara: líneas irregulares e infinitas, espacios desnivelados, curvas, convexidades y concavidades… en ella la sugestión se manifiesta sin salvedad de espacio alguno.
Si esta casa resulta de una belleza inigualable, poco podemos aportar sobre lo que Gaudí quiso ofrecer en su templo, la Sagrada Familia. Aunque inconclusa, te recomendamos que dediques todo el tiempo que necesites para conocer con deleite esta maravilla llena de simbolismo, en la que la singularidad de cada detalle evoca imágenes sublimes.
Además de otras obras de Gaudí, el modernismo de Barcelona está también de mano de otros autores, como la Casa Amatller de José Puig y Cadafalch, o el Palacio de la Música de Luis Doménech y Montaner.
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